“Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.”No sólo Juan el Bautista habló de sí mismo según la Palabra sino también el Señor Jesús. Él dijo: “Yo he venido a liberar a los cautivos, a predicar el año agradable del Señor… y añadió luego: “Hoy se ha cumplido esta escritura.”
Efesios 2:10
En este día quiero compartirle estos ejemplos para que usted entienda que debe darle a su vida el valor que le da Dios. ¿Y cómo sabe cuál es el valor que Dios le da? Mirando lo que está escrito en su Palabra. Usted es un redimido del Señor y debe hablar que es una bendición. Cuando le pregunten: ¿De dónde sacaste eso, si yo te conozco de chiquito?” Responda: “Está escrito en la Palabra de Dios.” La gente tiene su opinión, pero usted es quien Dios dice que es.
Usted contagia el ambiente adonde va. Usted crea una unción y produce alegría. La gente no sabe quién usted es, así que no importa lo que digan de usted, sino importa lo que diga Dios. La solución siempre está fundamentada en la Palabra de Dios. Se va a revelar la verdad de Dios en su vida. “Todo lo que haga prosperará”, dice la Palabra. Si lo que usted cree de usted mismo no está de acuerdo con la Palabra tiene que cambiarlo. Usted tiene el poder para hacerlo. Aunque su pasado esté lleno de frustraciones, tiene que establecer su creencia en la Palabra.
Somos hechura Suya. Si somos hechura de Dios, Él no tiene algunos de primera clase y otros de segunda, no tiene cosas mal hechas o gente frustrada. Tenemos que saber que somos hechura de Dios y estamos reflejando Su presencia para buenas obras, debe remover de su vida las creencias equivocadas. Dice la Biblia que usted es hechura de Dios, eso es lo que usted también tiene que decir. Dios por anticipado preparó el camino del propósito para su vida, para que transite por el camino correcto según las buenas obras.
Así que hoy declare: ¡Soy lo que Dios dice que soy! ¡Soy un bendito!
Estudie la Palabra e investigue todo lo que Dios habla de su vida. Vaya a las reuniones, escuche prédicas. Llénese de la Palabra de Dios.
Oración: Padre, hoy recibo tu Palabra. La creo y creo todo lo que tú dices de mí. Nunca más diré que soy lo que no sale de tu boca. Lo haré, en el nombre de Jesús, amén.
(Ap. Juan Crudo)