Lectura: Marcos
4:35-41
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Y levantándose, reprendió al viento, y dijo al
mar: Calla, enmudece… —Marcos 4:39
Una vez, le pregunté a un amigo: «¿cómo estás?», y esperaba que
me contestara con el habitual: «bien». En cambio, dijo: «¡Tengo que
despertarlo!». Le pregunté qué quería decir, y bromeó: «¿No lees tu Biblia?».
Después, explicó: «Cuando los discípulos se enfrentaron con un problema,
corrieron a despertar a Jesús. ¡Yo también iré corriendo a verlo!». ¿Qué hacemos
cuando estamos atrapados en una situación complicada y sin saber hacia dónde ir?
Quizá, como los discípulos que se enfrentaron con una tormenta amenazadora,
corremos hacia Jesús (Marcos 4:35-41). Sin embargo, a veces, tal vez
tratamos de salir del apuro vengándonos, difamando al que nos causó el problema
o escondiéndonos desesperados y atemorizados en un rincón. Debemos aprender de
los discípulos que acudieron rápidamente a Jesús como su única esperanza. Tal
vez Él no nos libere de inmediato, pero ¡recordar que está en nuestra barca
marca la diferencia! Gracias a Dios, Él siempre está con nosotros en las
tormentas de la vida, y dice cosas tales como «calla, enmudece» (v.
39). Así que, míralo en medio de tu tormenta y deja que te llene de la paz
que surge de saber que Él está cerca.
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QUE JESÚS SEA TU PRIMERA OPCIÓN CUANDO LAS
TORMENTAS DE LA VIDA TE AMENACEN. Tomado y adaptado de Nuestro Pan Diario, las citas bíblicas se transcriben de la Nueva Versión Internacional. |
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