sábado, 16 de mayo de 2015

Nuestra ancla segura



A menos que el ancla sea echada en el mar, de nada sirve. De la misma manera, tenemos que utilizar como fuente de estabilidad la esperanza que Dios ha provisto. Cuando nos enfocamos en nuestros problemas, somos sacudidos sin un fundamento firme. Pero si nos concentramos en el carácter y en las promesas de Dios, recordaremos que Él siempre obra en cada situación para nuestro bien. (Ch. Stanley)


No hay comentarios:

Publicar un comentario