Necesitamos de ese gran poder de Dios, para que le ponga silencio a esas voces extrañas que nos dicen que no podemos, que no servimos y que nunca podremos ser. Esas voces se tienen que callar, ese enemigo tiene que huir ante el poder que se desata a través de la oración y que fortalece al débil, diciendo "fuerte soy"...Poder que nos llevará a obtener grandes victorias en Él. Aleluya!
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