“Y él respondió: Yo te ruego que si he hallado gracia delante de ti, me des señal de que tú has hablado conmigo. Te ruego que no te vayas de aquí hasta que vuelva a ti, y saque mi ofrenda y la ponga delante de ti. Y él respondió: Yo esperaré hasta que vuelvas”.
Jueces 6.17-18
Hoy no son necesarias las señales, ya que el Espíritu Santo nos revela todas las cosas. Pero igual gran parte del Pueblo de Dios busca confirmación mediante sucesos.
La confirmación, por lo general, está vinculada a recibir algo y nunca a poder darlo, pero, a pesar de que Gedeón era pobre y el menor, él estaba programado para dar.
En realidad, ante un desafío económico, la mejor confirmación es poder dar de forma generosa y no solamente esperar recibir algo.
La confirmación, por lo general, está vinculada a recibir algo y nunca a poder darlo, pero, a pesar de que Gedeón era pobre y el menor, él estaba programado para dar.
En realidad, ante un desafío económico, la mejor confirmación es poder dar de forma generosa y no solamente esperar recibir algo.
- Frente a la compra de una propiedad, poder ofrendar de forma generosa.
- Frente a las vacaciones, poder ayudar a los demás.
- Frente a un nuevo trabajo, servir a Dios.
- Frente a la necesidad de recursos mayores, poder dar más.
Cuando tengas que encarar algo, no solo busques confirmación recibiendo, sino también pudiendo dar.
Que lo sorprendente sea que, frente a esa situación, en vez de retener, puedas soltar, recordando siempre que más bienaventurado es dar que recibir.
Buscá experimentar en tu vida no solo milagros que tengan que ver con recibir, sino aquellos que tengan que ver con poder dar.
Yo bendigo tu vida para que, frente a cada desafío, puedas estar programado para dar, sabiendo que el que siembra generosamente, también cosechará generosamente.
Que lo sorprendente sea que, frente a esa situación, en vez de retener, puedas soltar, recordando siempre que más bienaventurado es dar que recibir.
Buscá experimentar en tu vida no solo milagros que tengan que ver con recibir, sino aquellos que tengan que ver con poder dar.
Yo bendigo tu vida para que, frente a cada desafío, puedas estar programado para dar, sabiendo que el que siembra generosamente, también cosechará generosamente.
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